Paz y Bien

Esperando te encuentres bien escribimos estas líneas para informarte que las obra y labor comunitaria que creó la Hermana María Jordán se están llevando a cabo en la Estación Misionera Franciscana y Centro Comunitario “María, Madre de la Esperanza” en la ciudad de Rosario.
Queremos hacerte llegar nuestro profundo agradecimiento por las demostraciones de afecto y disponibilidad para colaborar con la misión, obteniendo el beneficio de hacerlo como percepción del impuesto a las ganancias, sin necesidad de hacer una erogación de dinero adicional.
Nuestro lema es “junto al pan, la herramienta», y siguiendo esa premisa procuramos las condiciones para dar a todos los pobladores del barrio una vida digna.
La Hermana María nos ha dejado un hermoso y gran trabajo por delante. Honraremos su incansable entrega dando cumplimiento en todo según era su deseo encomendándonos a la protección de nuestro Señor, que es amor providente y nunca nos abandona.
La evangelización, la educación formal y de los valores cristianos, la formación en oficios que le dieran a nuestros hermanos la oportunidad de progresar honradamente y la formación de una comunidad fraternalmente unida en la caridad y la alegría del servicio a Dios y a nuestro prójimo, han sido y seguirán siendo los pilares de esta obra.
Nuestra capilla, que actualmente funciona en un humilde galpón, esta siempre abierta para recibirte y hay celebración de la Santa Misa dos veces al mes.
El año próximo, con la ayuda de Dios y nuestro Padre San Francisco, comenzaremos la construcción de la nueva Capilla bajo la advocación de “María, Madre de la Esperanza».
Este proyecto, junto con la escuela, fueron los más grandes sueños de la Hermana María y ahora nos proponemos hacer realidad la capilla y continuar con el crecimiento de una escuela de calidad que brinde oportunidades de igualdad para nuestros niños.
Las puertas de nuestra comunidad están abiertas para cuando quieras acercarte a conocernos o a visitar la obra, siempre serás bienvenido.
Contamos con la guía de nuestra querida Hermanita, quien seguramente estará revolucionando el cielo con su alegría franciscana e insistiéndole al buen Jesús por nosotros.
Un abrazo en Cristo y nuestro padre San Francisco.
Dios te bendiga.